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Artículo: Prepara tu piel para el cambio de estación

Préparez votre peau aux changements de saisons

Prepara tu piel para el cambio de estación

Como en cualquier otra parte del cuerpo, el metabolismo de la piel también cambia con las estaciones. Es importante adaptar tu rutina de cuidado de la piel con pequeños cambios que pueden tener grandes resultados.

Científicos de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, monitorizaron la piel de 80 voluntarios durante un año. Observaron la degradación de ciertas proteínas con el frío, que actúan como barrera protectora para la piel. Estos resultados, publicados en el British Journal of Dermatology, explican por qué nuestras mejillas se enrojecen con el frío, pero también por qué sufrimos más de eczema y rosácea en invierno. La barrera cutánea se ve claramente afectada por los cambios estacionales, y es importante ayudar a la piel a cumplir su función protectora.

Si el invierno da miedo, las estaciones intermedias, primavera y otoño, son las más peligrosas. Es entonces cuando la piel se prepara para adaptarse a las estaciones más extremas. En primavera, la piel libera las toxinas acumuladas bajo la epidermis durante el frío. Aunque no todas las toxinas son dañinas, relajarse en la sauna, el baño de vapor o con un ritual desintoxicante como la Mascarilla Frescura ayudará a mantener la piel radiante.
En otoño la piel tiene que lidiar con el frío y la falta de sol.

Para prepararla para el invierno es necesario mantener una buena hidratación y aportarle vitaminas A y E que ayudarán a mantener la piel radiante durante la temporada.
La naturaleza sabe más, y la vitamina A se encuentra en frutas y verduras de temporada, como la zanahoria y la calabaza. Una dieta saludable es esencial para una piel sana, y comer frutas y verduras de temporada es una buena idea en cualquier época del año.
La vitamina E se encuentra en aceites y alimentos grasos, pero también puede aportarse mediante una crema hidratante ( La Crème Coton contiene aceite de semilla de uva, que es rico en vitamina E).

No debemos olvidarnos de cuidar nuestras manos y labios, que también sufren con la llegada del frío.