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Artículo: ¿El movimiento “hazlo tú mismo” se adapta bien al mundo de la cosmética?

Le mouvement "do it yourself" est-il bien adapté au monde des cosmétiques ?

¿El movimiento “hazlo tú mismo” se adapta bien al mundo de la cosmética?

En la industria cosmética, el bricolaje goza de un éxito creciente. El bricolaje es, sin duda, un movimiento, una afición, que atrae a mucha gente por su lado divertido. Pero ¿son los productos caseros adecuados para el mundo de la cosmética? El bricolaje en cosmética: ¿un simple hobby, un beneficio real o un peligro? Esto es lo que vamos a descifrar.

Cosmética, un sector altamente regulado.

La industria cosmética está sujeta a estrictas regulaciones diseñadas para garantizar la seguridad del consumidor y la calidad del producto. En laboratorios e instalaciones de fabricación, se deben desarrollar y cumplir especificaciones. Los laboratorios también deben seguir procedimientos regulatorios específicos para garantizar la seguridad del usuario. Los productos cosméticos fabricados en Francia se rigen por el Reglamento (CE) n.º 1223/2009 del 30 de noviembre de 2009, y lo han sido desde el 11 de julio de 2013. Estas normas europeas exigen que las instalaciones de fabricación y los laboratorios de cosméticos procesen sus productos de acuerdo con las reglas establecidas. Es una profesión en sí misma, y ​​una que no se puede improvisar. Estos expertos científicos también saben qué productos se pueden mezclar, en qué cantidades y cuáles son adecuados para un uso específico (piel seca, grasa, con tendencia acneica, etc.).

Bricolaje y cosmética: ¿una preocupación ecológica?

A primera vista, podrías pensar que no. Podrías pensar que con un producto de belleza casero compras menos y, por lo tanto, contaminas menos. Sí, pero... ¡Aún necesitas analizarlo con más detalle! Elaborar tus propios cosméticos puede presentar un riesgo ecológico. Te arriesgas a usar muchos productos diferentes para producir pequeñas cantidades. Al mezclar varios productos, generarás muchos residuos para un producto final pequeño. ¡Estamos bastante lejos del residuo cero! ¿Por qué un producto final pequeño? Porque, al no tener la cualificación necesaria para elaborar un producto de belleza que se conserve durante mucho tiempo, solo podrás producir pequeñas cantidades. Además, si terminas produciendo demasiado, pero sin saber cómo almacenarlo, te arriesgas a tener que tirar parte de tu producción casera y, por lo tanto, generar muchos residuos. Así que, como vemos, elaborar tus propios productos quizás no sea tan ecológico después de todo.

Cosmética DIY: un hobby, pero sin ahorro ni seguridad.

A pesar de estos puntos importantes, es inevitable observar el entusiasmo que genera el bricolaje entre los aficionados a este tipo de actividad. La razón es simple: ¡es un pasatiempo realmente divertido! También es un pasatiempo gratificante, porque siempre es gratificante sentirse capaz de crear tus propios productos para el cuidado de la piel. Jabón, crema para la piel, pasta de dientes... hoy en día se pueden encontrar multitud de recetas. ¡Pero cuidado! Como ya hemos mencionado, esta satisfacción puede verse rápidamente frustrada por la fabricación de un producto potencialmente peligroso, o incluso ineficaz. No somos técnicos experimentados... De hecho, no sabemos qué productos podemos mezclar, en qué cantidad, etc. Confiar tu seguridad y salud a blogueros o influencers sin la cualificación científica necesaria puede ponerte en peligro. La verdadera eficacia del producto también puede ponerse en duda. Por último, no olvides nunca que lo natural no siempre es sinónimo de seguridad: si mezclas ciertos ingredientes naturales o aceites esenciales, especialmente en cantidades inadecuadas, puedes correr un riesgo real.

En resumen: Si se hace bien, el bricolaje puede ser una experiencia divertida. Sin embargo, conviene tomar precauciones, ya que nada puede sustituir la eficacia y la seguridad de los cosméticos elaborados por expertos.